Estimado Matías:
Ya he leído tu libro «VEO A MI MANERA» y la primera reflexión que me suscita es el reto que has asumido, el de convertir un relato oral en un relato escrito.
En tu libro, los entrevistados se expresan de forma espontánea, con un discurso generalmente improvisado, en el que van apareciendo vivencias e ideas que se expresan, a veces con claridad y otras con dificultades para la comprensión, dadas las carencias comunicativas de algunos de los informantes. Por ello hace falta que el mediador, en este caso el autor del libro, interprete al interlocutor y pueda hacer un relato escrito de lo que el comunicante quiso decir; todo ello en aras de conseguir un texto con mensaje, para que el lector acepte su lectura y pueda aprender de las vivencias que se relatan en el mismo.
Debo decir que hay un gran esfuerzo por tu parte para conseguir un número de entrevistados bastante representativo de lo que es el panorama de la Baja visión en nuestro país.
Vemos las carencias que afectan a un colectivo que, después del recorrido por los oftalmólogos, quienes confirman su pronóstico visual negativo, apenas puede encontrar especialistas que le ayuden a situarse en sociedad siguiendo un camino de aprendizaje y progreso que cuente con el desarrollo de habilidades para optimizar el rendimiento de su remanente visual. Ante esa carencia, la gente «se las apaña como puede» y algunos muestran verdadero derroche de esfuerzos e imaginación para reivindicarse y hacer una vida útil y digna.
Creo que el desarrollo de una especialidad técnica que trabaje en el ámbito de la rehabilitación visual es imprescindible. Hasta el momento, sólo la ONCE ha logrado formar a un grupo de especialistas que se integran en equipos de rehabilitación y que atienden a las personas que lo demandan, siempre que tengan la condición de afiliados a la Entidad.
Debo mencionar a ese reducido número de profesionales Optometristas de nuestro país que se han formado en Baja visión y hacen una muy meritoria labor en la evaluación de la visión remanente y la prescripción de dispositivos de aumento, y que asumen, igualmente, el entrenamiento de sus clientes para que puedan manejar adecuadamente tales dispositivos.
Es interesante comprobar, a lo largo del libro, que muchos de los entrevistados muestran carencias comunes en diversos aspectos de su hacer como personas con baja visión, tales como:
- Aceptación psicológica de su discapacidad ,
- Conocimiento de la enfermedad que padecen.
- Conocimiento, en detalle, de las carencias que su disminuída visión les plantea en la vida diaria.
- Aprendizaje de estrategias funcionales.
- Desarrollo de capacidades de observación externa e interna.
La experiencia me demuestra que esos problemas seguirán siendo generalizados mientras no existan estructuras de apoyo especializado que atienda regularmente a este colectivo.
Se me ocurre que para alcanzar una situación que proporcione soluciones de ámbito general sería necesario establecer un sistema de servicios sociales de atención a la Baja visión que pudiera acompañar a la persona afectada durante todo el proceso. Para ello sería preciso contar con personal experto que tuviese la capacidad de establecer y supervisar las pautas a seguir por los afectados.
De todo esto se desprende que se necesitan estos expertos, lo que propiciaría la existencia de una nueva profesión, la de CONSULTOR EN BAJA VISIÓN, que es compatible con la ya existente de Técnico especialista en Baja visión cuya intervención se precisa, sobre todo, en los inicios del proceso que ha de seguir una persona que es consciente de un problema causado por una pérdida significativa de visión.
En fin, amigo Matías; como ves tu libro me ha dado la ocasión para pensar en nuestro común problema de la Baja visión y hasta la oportunidad para sugerir nuevos caminos de desarrollo para la atención adecuada de nuestro colectivo, el de aquellos que «vemos a nuestra manera».
Un Abrazo.
M. Cejudo
D. Manuel Cejudo fue el primer Director del Centro de Rehabilitación Visual de la ONCE donde desarrolló el servicio de atención específica a la Baja Visión. Su actividad profesional le permitió actuar como directivo en campos tan diversos como: las Relaciones públicas, la Formación profesional y el empleo, la Actividad cultural, la creación y dirección del Museo Tiflológico… para finalizar como Asesor en el Área de Educación durante los dos últimos años de su vida profesional.
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- Categoría: Artículos
- Creado: 11 Agosto 2021